El obispo de Jaén, Sebastián Chico, ha trasladado su «agradecimiento infinito» para las personas que han hecho posible el Rosario Magno celebrado el 4 de octubre y que han contribuido a que «Jaén, sus gentes y su fe se mostrara al mundo como signo y seña de identidad».
En una carta de agradecimiento, el obispo señala que la del sábado fue «una jornada hermosa, bella, luminosa y sin incidentes», algo que se consiguió «gracias al trabajo incansable de los miembros de los Cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado, tanto locales, autonómicos y nacionales que velaron, como ángeles custodios, por nuestra seguridad».
También, se ha referido al conjunto de las administraciones públicas implicadas: Ayuntamiento, Diputación Provincial, Subdelegación de Gobierno y Junta de Andalucía, ya que sin su «esfuerzo, compromiso, trabajo en equipo, nada de lo vivido este sábado hubiera sido imposible».
«Es una gran satisfacción ver a todas las administraciones implicadas y aunando esfuerzos para que este acontecimiento de fe, pero también de cultura, de identidad, de tradición, haya resultado un gran éxito», recoge Chico en su misiva.
También ha agradecido a aquellas administraciones y entidades que con su apoyo económico han ayudado con su patrocinio para «poder hacer frente a los gastos que emanan de un acto tan multitudinario como extraordinario» y que han contribuido a que «Jaén sonara rotunda, grande, con proyección en toda nuestra tierra, comunidad autónoma y por supuesto, en toda España»
Asimismo, se ha referido a las hermandades y cofradías por haber realizado «un esfuerzo inmenso que se ha visto recompensado con ser parte de un día para la historia de esta provincia», así como a las formaciones musicales y las bandas que han sido «un gran aliciente para ver el potencial musical, cofrade y de talento juvenil que llega empujando fuerte y que tiene raigambre en nuestra provincia».
En este punto, ha aludido a MusicAlma, que, «con sus interpretaciones soberbias, nos conmovieron y nos acercaron más a los misterios del Rosario que contemplábamos».
Su agradecimiento se ha extendido también a la comisión que, en la persona del provicario general, José Antonio Sánchez, que «ha sabido componer un puzle para que todas las piezas encajaran y lucieran».
Tampoco se ha olvidado del personal voluntario y de los medios de comunicación, así como de los vecinos, de los visitantes, de los turistas, de los fieles que, «con su presencia, su silencio orante o su plegaria desde casa, han contribuido a que este Rosario fuera una auténtica manifestación de fe, una catequesis pública».
Por último, el obispo se ha mostrado confiado en que lo vivido el 4 de octubre «no quede sólo en un recuerdo hermoso, sino que sea impulso para seguir construyendo, día a día, una Iglesia viva, unida y misionera».