Los especialistas de la Unidad de Neurocirugía del Hospital Universitario de Jaén advierten del riesgo de lesiones medulares en personas jóvenes por zambullidas, sobre todo en piscinas, ríos o en el mar, durante el verano.
También han advertido de episodios que pueden producirse en otros lugares, debido a traumatismos por caídas al caminar, al practicar deporte o en personas mayores, que pueden sufrir trastornos de la marcha o derivadas de enfermedades degenerativas.
En concreto, los accidentes de tráfico, las caídas por accidentes laborales o casuales, y las zambullidas durante el verano son las causas más comunes de lesiones medulares. De ellas, las lesiones medulares por zambullidas en el mar o la piscina son unas de las más graves con las que se encuentran los especialistas de Neurocirugía.
El neurocirujano Rajab Al Ghanem ha explicado que esto se debe a que «este tipo de traumatismo produce una fractura en la columna cervical que va a ser la causante de la lesión medular y habitualmente en un nivel muy alto de la columna, lo que propicia que se dé una tetraplejia».
En este sentido, el especialista en Neurocirugía del Hospital Universitario de Jaén ha señalado que cada año pueden atender entre dos y tres casos que pueden terminar con la muerte del paciente o con o lesiones graves que limitan la movilidad y la calidad de vida de los adultos.
Como medidas de precaución recomienda conocer la profundidad de una piscina, un río o el mar, sobre todo en relación con la altura desde la que uno se lanza, y evitar hacerlo en aguas turbias, puesto que puede haber rocas o bancos de arena que a simple vista no se aprecien.
«Hay que zambullirse con los brazos extendidos por delante de la cabeza, de manera que sirvan de protección en caso de choque», ha señalado Al Ghanem, para añadir a continuación que «hay que cumplir con todas las normas de seguridad y señalización existentes para realizar un baño seguro».
Al igual que en el caso de los menores, siempre que se produzca este tipo de accidente es muy importante no movilizar el cuello de la víctima, evitar movimientos de la columna y avisar al 112. Además, es importante el uso de dispositivos de flotación homologados junto a la supervisión.
El que la población conozca las maniobras de reanimación cardiopulmonar también ayuda a mitigar los efectos del ahogamiento. Para ello, hay que sacar del agua al menor inmediatamente, comprobar si respira, si está consciente, y avisar a los servicios de emergencia a través del 112 para que acudan al lugar.
El neurocirujano del Hospital de Jaén ha apuntado en que el calor predominante en estas fechas y los efectos, en ocasiones, de la propia digestión, pueden influir en que se produzcan caídas durante un paseo por la calle, en los juegos de niños o en la práctica deportiva, especialmente en la actividad ciclista, por lo que hace un llamamiento a extremar las precauciones «sea cual sea la actividad física que se esté llevando a cabo».